Otro fragmento de CA, en el que nos encontramos 2 apellidos a los que ya estamos acostumbrados...
“No puedes hablar en serio “ empezó a decir Tessa, pero se interrumpió cuando la puerta de la biblioteca se abrió y Charlotte entró en la habitación. No estaba sola. Había por lo menos una docena de hombres siguiéndola, y Tessa vio, a medida que entraban en la habitación a dos mujeres.
Tessa los observó con fascinación. Así que estos eran los Cazadores de Sombras, había más Cazadores de Sombras en aquel sitio de los que ella había visto jamás. Miró a las dos mujeres, recordando lo que Will había dicho sobre Boadicea, que las mujeres también podían ser guerreras. La mujer más alta tenía el cabello blanco metido en una corona en la parte de atrás de su cabeza; parecía tener unos 60 años, y su presencia era regia. La otra mujer era más joven, con cabello oscuro y ojos gatunos. Los hombres formaban un grupo variado, todos con trajes oscuros cuidadosamente confeccionados a la medida: el más viejo de ellos era un hombre de apariencia elegante con una barba color gris oscuro y una mirada acerada a juego; el más joven era un chico probablemente no más de un año mayor que Jem o Will. Era atractivo, con rasgos delicados, cabello marrón alborotado y una expresión vigilante.
Jem hizo un ruido de sorpresa y disgusto.
“Gabriel Lightwood,” murmuró a Will, en voz baja. “¿Qué está haciendo él aquí?”
Will no se había movido. Estaba mirando fijamente al chico de cabello marrón con sus cejas arqueadas, con una leve sonrisa jugueteando alrededor de sus labios.
“Simplemente no entremos en una lucha con él, Will,” Jem añadió apresuradamente. “No aquí. Es todo lo que pido.”
“Creo que es mucho pedir, ¿no crees?” dijo Will, sin mirar a Jem. Estaba mirando a Charlotte conduciendo a todos hacia la gran mesa cuadrada al frente de la habitación; ella parecía estar instando a todo el mundo a sentarse en las sillas alrededor de la mesa.
“Señor Wayland,” estaba diciendo ella, “y el señor Harrowgate, aquí, por la cabeza de la mesa, si le parece. Tía Callida, si te sentaras aquí cerca del mapa“
“¿Y dónde está George?” preguntó el hombre de cabello gris, con un aire de áspera cortesía. “¿Y tu marido? Como encargado del Instituto realmente debería estar aquí.”
Charlotte vaciló tan sólo una fracción de segundo antes de construir una sonrisa en su cara.
“Está en camino, señor Lightwood,” ella dijo, y Tessa se dio cuenta de dos cosas, una que el hombre de cabello gris era probablemente el padre de Gabriel Lightwood, y dos, que Charlotte estaba mintiendo.
Tessa los observó con fascinación. Así que estos eran los Cazadores de Sombras, había más Cazadores de Sombras en aquel sitio de los que ella había visto jamás. Miró a las dos mujeres, recordando lo que Will había dicho sobre Boadicea, que las mujeres también podían ser guerreras. La mujer más alta tenía el cabello blanco metido en una corona en la parte de atrás de su cabeza; parecía tener unos 60 años, y su presencia era regia. La otra mujer era más joven, con cabello oscuro y ojos gatunos. Los hombres formaban un grupo variado, todos con trajes oscuros cuidadosamente confeccionados a la medida: el más viejo de ellos era un hombre de apariencia elegante con una barba color gris oscuro y una mirada acerada a juego; el más joven era un chico probablemente no más de un año mayor que Jem o Will. Era atractivo, con rasgos delicados, cabello marrón alborotado y una expresión vigilante.
Jem hizo un ruido de sorpresa y disgusto.
“Gabriel Lightwood,” murmuró a Will, en voz baja. “¿Qué está haciendo él aquí?”
Will no se había movido. Estaba mirando fijamente al chico de cabello marrón con sus cejas arqueadas, con una leve sonrisa jugueteando alrededor de sus labios.
“Simplemente no entremos en una lucha con él, Will,” Jem añadió apresuradamente. “No aquí. Es todo lo que pido.”
“Creo que es mucho pedir, ¿no crees?” dijo Will, sin mirar a Jem. Estaba mirando a Charlotte conduciendo a todos hacia la gran mesa cuadrada al frente de la habitación; ella parecía estar instando a todo el mundo a sentarse en las sillas alrededor de la mesa.
“Señor Wayland,” estaba diciendo ella, “y el señor Harrowgate, aquí, por la cabeza de la mesa, si le parece. Tía Callida, si te sentaras aquí cerca del mapa“
“¿Y dónde está George?” preguntó el hombre de cabello gris, con un aire de áspera cortesía. “¿Y tu marido? Como encargado del Instituto realmente debería estar aquí.”
Charlotte vaciló tan sólo una fracción de segundo antes de construir una sonrisa en su cara.
“Está en camino, señor Lightwood,” ella dijo, y Tessa se dio cuenta de dos cosas, una que el hombre de cabello gris era probablemente el padre de Gabriel Lightwood, y dos, que Charlotte estaba mintiendo.
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